Esta es una referencia que integra lo que expresan programas y visiones de las agrupaciones y partidos de la Alianza UNIDAD, para enriquecer el discurso de candidatos, portavoces y dirigentes. No es un documento oficial.
LA DEMOCRACIA HOY, DESDE LA VISI脫N DE LOS MIEMBROS DE LA ALIANZA "UNIDAD"
Bolivia atraviesa una de las m谩s graves encrucijadas de su vida republicana. A pesar de que el restablecimiento de la democracia en 1982 marc贸 un punto de inflexi贸n hist贸rico, permitiendo dejar atr谩s la era de los cuartelazos y del autoritarismo militar, hoy ese legado se encuentra profundamente amenazado. La democracia, entendida como forma de gobierno, r茅gimen de libertades, cultura c铆vica y pacto social, se ha ido vaciando de contenido bajo el peso de su instrumentalizaci贸n, la captura partidaria del Estado y la erosi贸n sistem谩tica de sus instituciones clave.
El problema no es 煤nicamente coyuntural ni reducible a un gobierno. Se trata de una enfermedad prolongada que ha debilitado la musculatura institucional del pa铆s. El Poder Judicial ha sido cooptado pol铆ticamente; los 贸rganos electorales han perdido credibilidad; el aparato estatal ha sido convertido en bot铆n de guerra por redes partidarias y corporativas; la corrupci贸n se ha naturalizado como parte de la gesti贸n p煤blica; y la idea misma de representaci贸n ha sido sustituida por el culto al caudillo. Esta es la herencia estructural de un modelo autoritario, populista y patrimonialista que ha secuestrado el Estado para ponerlo al servicio de intereses particulares y mafiosos.
En este contexto, la democracia boliviana necesita m谩s que una defensa ret贸rica: requiere una refundaci贸n pr谩ctica. El futuro de Bolivia solo puede construirse sobre un acuerdo nacional y democr谩tico que supere los extremos ideol贸gicos, que una a liberales y progresistas en una s铆ntesis superior: un proyecto com煤n de convivencia en libertad, justicia, respeto y legalidad. La democracia boliviana del futuro no podr谩 sostenerse sin una nueva arquitectura institucional que impida su captura y asegure su integridad.
Por ello, el primer paso indispensable es la reconstrucci贸n de la institucionalidad democr谩tica, empezando por una reforma profunda del sistema judicial. La justicia no puede seguir siendo un ap茅ndice del poder pol铆tico ni una m谩quina de persecuci贸n. El pa铆s debe instaurar un modelo de selecci贸n judicial basado en el m茅rito, la transparencia, la evaluaci贸n peri贸dica de desempe帽o y la rendici贸n de cuentas. Eliminar la elecci贸n popular de magistrados, como propone el programa de la Alianza UNIDAD, es un paso necesario para restablecer la independencia y la eficiencia judicial.
Asimismo, urge reforzar el sistema electoral, dotando al 脫rgano Electoral de autonom铆a real, recursos propios y controles ciudadanos efectivos. La credibilidad de los comicios es el pilar de toda democracia representativa; sin ella, el r茅gimen se deslegitima en su origen. No hay pacto democr谩tico posible si la ciudadan铆a no cree en el valor de su voto.
El segundo pilar de esta refundaci贸n es la lucha frontal contra la corrupci贸n. Digitalizar los procesos estatales, implementar sistemas abiertos de compras p煤blicas, proteger a denunciantes y establecer mecanismos de control social vinculantes son herramientas que ya est谩n funcionando en otros pa铆ses con 茅xito y que Bolivia puede adoptar. Como bien lo advierten los documentos program谩ticos, la corrupci贸n no es solo un problema 茅tico, sino un obst谩culo directo para el desarrollo, un factor de pobreza y una fuente de desigualdad.
Junto a ello, se necesita una nueva cultura pol铆tica basada en la meritocracia. Es hora de terminar con el modelo de reparto de cargos como premio a la lealtad partidaria. El servicio p煤blico debe estar profesionalizado y despolitizado, con reglas claras, concursos p煤blicos y evaluaci贸n constante. Esto no solo mejorar铆a la eficiencia del Estado, sino tambi茅n la percepci贸n ciudadana sobre su legitimidad.
Pero m谩s all谩 de las reformas t茅cnico-institucionales, la democracia necesita reconstruirse como pacto social. Bolivia debe superar la polarizaci贸n que ha fracturado su tejido nacional. La unidad no puede ser entendida como homogeneizaci贸n, sino como integraci贸n de la diversidad. Nuestra democracia ser谩 s贸lida si es capaz de garantizar la inclusi贸n de las naciones y pueblos ind铆genas, de las mujeres, de las regiones, de las juventudes y de las distintas corrientes pol铆ticas comprometidas con el pluralismo y la legalidad. En un pa铆s de alma m煤ltiple, como el nuestro, no puede haber democracia sin diversidad.
Una propuesta clave que debe tomarse con urgencia es la eliminaci贸n de la reelecci贸n presidencial en todas sus formas. Ninguna democracia madura permite la perpetuaci贸n en el poder de un mismo caudillo. La alternancia no es solo una regla constitucional, es una garant铆a republicana y una barrera contra el autoritarismo.
Finalmente, es esencial promover una ciudadan铆a activa y vigilante, que no se limite a votar cada cinco a帽os. La participaci贸n ciudadana debe institucionalizarse a trav茅s de mecanismos permanentes de control social, di谩logo p煤blico y deliberaci贸n pol铆tica. Bolivia necesita m谩s ciudadan铆a y menos clientelismo.
La democracia no es solo una forma de elegir gobernantes: es una forma de vivir. Requiere normas, instituciones, cultura c铆vica y voluntad compartida. No basta con defenderla: hay que reconstruirla. Este es el desaf铆o del siglo XXI para Bolivia. La esperanza no est谩 en un salvador providencial, sino en el compromiso colectivo de los bolivianos con un nuevo pacto democr谩tico.
Construir ese futuro es posible. Y empieza hoy.
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